El placer culpable

es para mí una noción que no existe (a menos que uno se las dé de masoquista por el mundo)... me parece un contrasentido, un placer es placentero y el disfrute no debiera provocar culpa... se me ocurre que esto del placer culpable es una de las tantas malas lecturas que han hecho los católicos con tal de reprimir a sus seguidores... mira que ni siquiera puedan disfrutar de los placeres sin sentir culpas!!!
Lo que quería contar es que ayer, sin ni un gramo de culpabilidad, me comí un kebab tremendo y lo disfruté muchísimo...

tramuntana

-¡apúrate que hace un frío terrible!- decía mientras con una mano se cerraba la apertura del abrigo y, con la otra, trataba de resguardar cerca de su pecho la bufanda que insistía en huir

-¡pero mira lo rico que se siente el viento! ¿por qué no nos quedamos un ratito más?- replicó extasiada con un remolino de pelo surcándole el rostro

- Porque ya va a oscurecer y no quieres estar en la "Costa brava" cuando eso pase- dijo haciendo su mejor cara de misterio

-¡Aquí lo único bravo es el viento!- soltó entre risas

De goteos y lluvias varias

así está la cosa por aquí

la lluvia es una cosa graciosa por estos lares, la primera vez que me llovió fue como con un rociador como con esos con que te mojan el pelo cuando vas a la peluquería (me acordé del buen José cuando decía que el frío del sur era poético).... pero lo más raro es que el agua caía como bailando en espirales, como si tuviera todo le tiempo para disfrutar su caer. Pensé entonces en que no sería necesario adquirir un paraguas (no al menos todavía)... 

ayer también llovió, pero con agua distinta, un poco más persistente pero siempre muy suave... es una lluvia que imperceptiblemente te deja empapado en cuestión de minutos... ayer disfruté de la lluvia desde la biblioteca de la sagrada familia hasta una estación lejana de metro, pasé a comprar verduras, llegué a casa temprano, me tomé un colacao, le hice cariño a la perra que aún me ve como un par, me puse a ver una peli, no terminé de verla, recordé que no compré un paraguas.

Las que  se ven, son las vistas nocturnas desde mi balcón... como notarán vivo frente una plaza y no se les ocurre lo linda que se ve los domingos al mediodía

yo creo que

no tiene que ver con falta de creatividad, pero tampoco puedo asegurar que se trate de lo contrario. Sea como sea, el asunto es que las cosas que aquí han y me han pasado son muchísimas... y me gustaría poder ir contándolas bien y de a una; o bien, integrarlas todas en una gran relato, pero quisiera que estuviera bien escrito para que les resultara tan entretenido leerlo como para mí fue vivir esas cosas. Entonces creo que no lo tengo que escribir yo, que debiera abortar este proyecto como tantos otros que sólo habitan en mi casa, que no vale la pena tratar de inmortalizar los momentos porque su gracia está en que son efímeros, filo.

Al frente de la casa de mi mamá

Me acabo de enterar que ayer hubo un incendio brutal en la cárcel de San Miguel... para los que no saben ese edificio se ve desde el balcón del depa de mi mamá... me atormentó la idea de amanecer escuchando gritos y súplicas desde el interior y no tener más que impotencia para ofrecer... la cosa es que estuve viendo la lista de los fallecidos y, para mi sorpresa, son tan, pero tan jóvenes... yo sé que eso de la justicia es una cosa bien rara, no sé si otro tiene la autoridad para decidir quién debe estar libre y quién no... la verdad no quiero que discutamos sobre eso... lo que pretendo con este post es manifestar lo triste que me hacen sentir estas muertes, pienso en que muchos tienen las edades de mis alumnos, incluso menos y no puede menos que afectarme un poquito... bueno, eso quería decir.

Cuestión de calcio

Nunca antes en mi vida se me habían descascarado las uñas... parece que la leche de soja que estoy tomando aquí no es tan rica en calcio como me lo dice el envase... no importa, me las cortaré, cambiaré la leche y a ver qué pasa! de todas maneras no descarto el pintármelas para que no se note tanto esto de la "descamación"... aquí a veces me siento como una de esas serpientes que va dejando a su paso, en el camino, la piel que está comenzando a cambiar.  Aunque sé que nunca cambiaré tanto como para que me desconozcan.Al final   siempre acabarémonos reconociendo. De eso se trata para mí  (aunque sólo es válido para el día de hoy, por mañana no me arriesgo) esto de tener amigos de verdad, lazos profundos y un largo etcétera edulcorado y plagado de cursilerías.

Esta es la primera vez que escribo aquí, lo hago para que estemos más cerca o menos lejos, si lo prefieren de ese modo.

Esto de Barcelona ha sido, realmente, una montaña rusa, pero poquito a poco la cosa se va calmando y a tomar la forma que yo quería al comenzar esta odisea. La cosa es que finalmente, me he cambiado de casa, así que ya no habrá más chinches nocturnos devorándome, tampoco tendré duchas de agua fría por la mañana (aunque debo reconocer que comenzaba a acostumbrarme). Aquí les dejo unas fotos de la que fue mi habitación el primer mes que estuve aquí (después de mi estancia con Álex, claro).