Hace mucho tiempo que pienso que eso que alguna vez se llamó "conciencia de clase" terminó desapareciendo definitiva e inexorablemente de nuestros vocabularios.
No es realmente importante que haya desparecido en términos nominales, pues se trata sólo de eso, de un nombre... y aunque muchos digan o crean que nada tiene una existencia anterior al hecho de se nombrado; en este caso el nombre no tiene ninguna importancia. No al menos para mí, que aunque nada sé de teoría política y mucho menos tengo una idea clara de los avatares de la economía, sí sé que si no eres el dueño de la puta empresa en la que trabajas eres un asalariado más... igual que yo y todo el resto de los que contigo trabajan.
Da lo mismo que te paguen más, que tengas más responsabilidades, que el jefe te dé de espaldarazos cuando se tope contigo en el pasillo...
¿Y sabes por qué da lo mismo? porque como a mí, también a ti te explotan y te roban un poco la vida.
Mientras tú te esfuerzas por ganar una plata que ni siquiera tienes energías para disfrutar, otros se rascan las panzas enormes y se secan el puto sudor con más plata de la que tú ni yo nunca veremos en nuestras vidas... por eso, porque da lo mismo, la próxima vez que te pida que juntos reclamemos por un trabajo bien remunerado y unas condiciones más próximas al trato humano, no me mires con desprecio ni me tildes de revoltoso... recuerda que aquí nosotros somos los imprescindibles, que sin nuestro puto esfuerzo diario ellos ya no podrán darse los lujos que se agencian... mirémoslos con desenfado y acuérdate que tu codo y el mío trabajando uno al lado del otro, tu sonrisa y la mía, mi esperanza y la tuya harán de este juego tan sucio un lugar más llevadero... hasta que un día, después de tanto trabajar y luchar y reír (sobretodo reír) finalmente las reglas del juego cambien y lo harán porque el juego será ese otro juego: uno que ni tú ni yo veremos, pero es el juego por el que DEBEMOS pelear incansables.
NO quiero sus reglas del juego, no quiero pertenecer, ni ascender, ni contribuir con mi trabajo a su puto juego de mierda en el que hay que sacarse los ojos... no quiero más plata, no quiero menos horas de trabajo, no quiero que me cambies las reglas del juego hasta hacerme sentir cómodo, quiero que el juego sea otro y por todo ese anhelo, en tu cara mi ira descubierta, en tu cara mi risa abierta, en tu cara toda mi puta felicidad que no podrás esclavizar.
Mm.
ResponderEliminarSi.
El trabajo es una mierda, en realidad.
Pero si algo hemos de aceptar, en que los cambios son solo en los detalles de las cosas.
Y no hay manera.
Solo hay una libertad mental.
“Oh, caballeros, la vida es corta... Si vivimos, vivimos para marchar sobre la cabeza de los reyes” ... y cada vez se manifiesta de maneras más exquisitas.
ResponderEliminar